lunes, 16 de abril de 2012

FUTURISMO

El futurismo fue llamado así por su intención de romper absolutamente con el arte del pasado, con el arte tradicional (el llamado Pasadismo), es tan así que se llegó a considerar que los museos, eran sitios equivalentes a los cementerios, lugar donde la tradición artística común, lo impregnaba todo. Además se les  así porque mira a través de los modernos como las maquinas, al futuro ya que estos buscan reconstruir al mundo, empezar de nuevo. 
Rechazó la estética tradicional, basándose en sus dos temas dominantes: la máquina junto con lo moderno (y sus virtudes, la fuerza, la rapidez, la velocidad, la energía, el movimiento) y el dinamismo, lo que lleva a mostrar la velocidad y el movimiento. Cada una de las artes futuristas va a representar estos dos temas de diferente forma. 
Se destaca por sus ideas revolucionarias, que no deseaban limitarse al arte, sino que, como otros movimientos de la época, pretendían transformar la vida entera del hombre y reconstruirla, junto con el mundo entero. 
Por lo que recurrieron a cualquier medio expresivo como las artes plásticas, la arquitectura, el urbanismo, la publicidad, el cine, la música, la poesía, etc., éstas eran capaces de crear un verdadero arte de acción. 
El futurismo elogio la violencia, el nacionalismo revolucionario y la guerra, provocando en caso de algunos de sus integrantes (Marinetti, Papini, Soffici, etc.) la adhesión al fascismo. Justifica su apoyo a la guerra, como la formula para sanar y cambiar a nuestro mundo caótico. 
Entre otras cosas, la estética futurista transmite una ética, de raíz fundamentalmente machista y misógina. 
El hecho es que el futurismo fue un paso más en la marcha del arte contemporáneo y fue la primera de las vanguardias artísticas y su valor como movimiento rupturista dio paso a las demás corrientes que refrescaron el panorama artístico en los principios del siglo XX. 


Gino Severini:

Gino Severini (1883 –1966), fue un pintor italiano nacido en Cortona, Considerado como uno de los fundadores del futurismo. Sus pinturas, influenciadas por la fragmentación de la técnica cubista, representan la acción o el movimiento como una turbulenta composición de líneas y formas quebradas. Supo unir ciencia y arte, rigor constructivo y fantasía inventiva, consiguiendo la más completa felicidad expresiva cuando, entre los años 1910 y 1915, conectó los valores dinámicos del futurismo con los constructivos del cubismo.
En 1899 se trasladó con su madre a Roma, donde comenzó su formación artística en una escuela de dibujo conocida como Gli Incurabili.
Fue Giacomo Balla, en Roma, quien le introdujo en la pintura divisionista, tendencia que continuó en París a partir de 1906. Allí tuvo contacto con los principales pintores cubistas: Pablo Picasso, Georges Braque, Federico Cantú, Lino Enea Spilimbergo y Juan Gris, participando en el desarrollo de ese movimiento, llegando a teorizar incluso sobre él en su obra Del cubismo al clasicismo, de 1921.
Trabajó también al fresco y realizó mosaicos, Al trabajar fundamentalmente en París, Severini contribuyó a extender el futurismo fuera de Italia.
En 1910 recibió una carta de Boccioni invitándole a firmar el Manifiesto futurista y, como consecuencia, tomó un nuevo camino en un intento de explorar pictóricamente el dinamismo y la velocidad. Esta evolución le llevó a un arte cada vez menos figurativo, en el que predominaba el interés por la investigación de los efectos de la luz entendida como energía. Poco después firmó el Segundo manifiesto futurista y participó en las exposiciones colectivas del grupo. En 1912 organizó la primera Muestra de los Futuristas y en 1914 escribió su propio manifiesto, Les Analogies plastiques dans le dynamisme, que sin embargo se publicaría mucho tiempo después.
Con el comienzo de la Primera Guerra Mundial sus obras se volvieron paulatinamente más sólidas y volumétricas. Durante los años siguientes realizó pinturas murales, tanto en Italia como en Francia, y mosaicos, entre los que destacan sus colaboraciones en las obras monumentales que Benito Mussolini mandó erigir durante la década de 1930. Al finalizar la Segunda Guerra Mundial volvió a París, donde adoptó de nuevo un estilo neocubista.
Entre los años 1924 y 1934, tras una crisis religiosa, se dedicó a la pintura sacra, realizando numerosas obras para iglesias, sobre todo suizas.
Su obra es una visión caleidoscópica en la que se funde presente y pasado, espacio y tiempo, consiguiendo así una fiesta de luces y colores

Tren suburbano: (1915)
La composición dinámica y las pinceladas expresivas caracterizan la pintura futurista, como muestra este Tren suburbano de Gino Severini. Las formas geométricas y la ausencia de perspectiva clásica reflejan la influencia cubista.
















fuente:
http://www.taringa.net/posts/arte/3013086/Futurismo-Vanguardia.html
http://www.odisea2008.com/2011/12/gino-severini-pintor-futurista.html
http://www.galartes.com/pintura/futu4.htm

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